lunes, 24 de octubre de 2011

De viaje por el mundo con solo un morral


Con la mochila a cuestas, muchos jóvenes están optando por conocer el mundo de manera independiente de las agencias de viaje y tours.

Sus motivaciones son variadas; sin embargo, todos tienen en común el deseo de conocer lugares y gente de una manera diferente, escapando de los tours organizados y lugares o destinos muy turísticos y comunes.

Este turismo alternativo y económico o de mínimo gasto popularmente se conoce como de alpargata o gasolero y es ejercido sobre todo por jóvenes y estudiantes. Por lo general, el popular mochilero realiza trayectos de duración prolongada, pudiendo ser de varias semanas, pasando por varios meses e incluso años.


La modalidad de viajar con poca plata es un estilo muy arraigado en Europa entre jóvenes y universitarios que quieren recorrer el mundo. Y por supuesto también ha llegado hasta América Latina. Es una tendencia muy popular y representa conocer el mundo sin mucho dinero.


Todo empieza desde buscar información, solucionar dónde dormir, aprender a acampar, cargar la mochila, aprender a hacerse independiente en el camino.


Escogen alojamientos baratos como son los denominados albergues juveniles o hostels, lugares que ofrecen el servicio bed and breakfast (B&B, en español dormitorio y desayuno) u hoteles de baja categoría, que ofrecen lo básico para pasar una noche. En ellos comparten la habitación, la cocina, el comedor y la sala de TV con otros viajeros, lo que da la oportunidad de hacer nuevos amigos e incluso establecer relaciones de pareja.


El hostelling es el término con que se conoce la modalidad de dormir en camarotes, guardar la ropa en lockers, desayunar con mucha gente y vivir en un clima de diversión permanente. Pese a ser lugares de paso, muchos los eligen como vivienda, en especial los extranjeros e incluso los estudiantes de intercambio de ciudades del mismo país.


Los hostels se han vuelto muy populares y se han convertido en un lucrativo negocio. En Bogotá, por ejemplo, el sector de La Candelaria alberga un gran número de estos espacios que son ocupados en su mayoría por turistas europeos y norteamericanos; los chilenos y argentinos es un grupo de turistas jóvenes que crece en los albergues del centro de la Capital del país.


Otra alternativa para estos aventureros es pasar la noche a la intemperie, ya sea en tiendas de campaña o haciendo vivac (dormir en ascenso si se está en montañismo), en muchos casos es una elección del viajero, pues le da más libertad y le permite compartir su viaje con la naturaleza.


El alojamiento y el transporte son gastos importantes en el presupuesto diario de un mochilero. Para trasladarse de un lugar a otro, lo más común son los trenes, buses, subterráneos, metros y en muchos países el autostop (o hacer dedo). Los taxis generalmente representan un gasto muy alto y no permiten conocer una ciudad de la misma forma que en el transporte masivo.


El idioma es una barrera que poco a poco ha ido desapareciendo. El inglés es la lengua universal por excelencia para este tipo de turista, aunque muchos se caracterizan por aprender el idioma local para conocer más de cerca la cultura, gastronomía, arte, música, deporte y demás características de la nación o continente que recorren.


La época en la que se desee viajar es muy importante, ya que se debe tener en cuenta las estaciones de los países que tengan. Lo ideal es hacer la travesía en verano y primavera, pero los costos suben debido a que es el clima ideal para los turistas comunes, así que muchos deciden viajar a principios de otoño.


Otro aspecto determinante es que las capitales de los países son las más costosas, razón por la cual muchos mochileros hacen estadías cortas en estos lugares y se van a otras ciudades, menos caras y que ofrecen también muchos atractivos.


Los tiquetes aéreos son otra oportunidad de ahorrar para este tipo de turistas. La gran mayoría de los mochileros revisa constantemente las páginas web de las líneas aéreas, ya que muchas veces ofrecen descuentos especiales para boletos ida y vuelta en clase económica e incluso ofrecen 1 o 2 paradas en otras ciudades de prolongadas horas antes de llegar al destino final, por lo que el mochilero conoce más lugares en un solo viaje. Resulta ser más barato que recurrir a una agencia de viajes.


En torno a los mochileros se ha generado una verdadera industria que incluye guías de países, mochilas, accesorios y ropa especializada, red de albergues juveniles, tarjetas de descuentos y servicios de tours locales. Existe una filosofía mochilera que consiste en las ansias de viajar así como en las ganas de conocer otras culturas mezclándose con las gentes del lugar.


Los mochileros son quienes han abierto el camino de destinos desconocidos, que luego se vuelven populares y son ofrecidos con el pasar del tiempo por las agencias de viajes.


Fuente: elnuevosiglo.com.co